La recuperación global afloja de nuevo el paso

El FMI rebaja de nuevos sus previsiones de crecimiento por el freno de los emergentes

Demasiado lento, durante demasiado tiempo”. El tono de los informes semestrales del Fondo Monetario Internacional ha ido empeorando en los dos últimos años y el título del que ha presentado este martes, en el marco de las reuniones de primavera en Washington, refleja bien esa sensación de que lleva ya muchos informes advirtiendo de que las cosas no van como deberían. El Fondo rebajó sus previsiones de crecimiento de la economía global para este año en dos décimas, hasta dejarlo en el 3,2%, el nivel más bajo desde 2009. Para 2017 calcula una décima menos que en la última previsión realizada en enero, hasta el 3,5%.

No hay una sola entre las grandes economías avanzadas que no haya visto empeoradas sus perspectivas respecto a lo que los técnicos del Fondo calculaban hace tan solo tres meses y también las emergentes, en conjunto, han dado un paso atrás. La zona euro crecerá un 1,5% y un 1,6% entre 2016 y 2017, mientras que Estados Unidos avanzará un 2,4% y un 2,5%.

La segunda mitad de 2015 resultó en global más débil de lo esperado, con menos inversión, y unos precios del petróleo más bajos que han dado una ayuda a los importadores, pero se están cebando en las economías exportadoras. Entre los emergentes, se agrava la recesión prevista para Brasil y Rusia en 2016, con retrocesos del -3,8% y el -1,8%, respectivamente.

A China, por el contrario, le da dos décimas más de crecimiento respecto a lo calculado enero, con un 6,5% para este año, ya que la buena marcha del sector servicios compensó la pérdida de fuelle como fábrica del mundo en un marco de debilidad global. Aun así, las perspectivas de ralentización del gigante asiático persisten a medio plazo y no nadie ve claro dónde está la locomotora de crecimiento.

En Japón, tanto el crecimiento como la inflación resultan a su vez más débiles de lo esperado y no espera más avance del PIB que de medio punto para 2016 e incluso una contracción de una décima en 2017.

Y todo, en un contexto fuertes estímulos monetarios por parte de grandes bancos central como el de Japón o el BCE. Y con el precio del dinero en Estados Unidos todavía en una horquilla del 0,25% al 0,50%. Por eso el Fondo teme que cualquier nuevo riesgo pueda hacer descarrilar definitivamente esta reactivación global que no deja de ser frágil y por eso ha enfatizado aún más el llamamiento a los gobiernos a la acción, que en función del país, es más inversión pública, o más reformas.

Respuesta firme ante los riesgos

Este martes ha reclamado una respuesta “proactiva e inmediata” por la vía de la política monetaria, los estímulos fiscales y la de las reformas estructurales en la economía de los países. “Un crecimiento más bajo implica menor margen de error”, recalca el economista jefe del Fondo, Maurice Obstfeld. “Si los gobiernos reconocieran claramente los riesgos a los que se enfrentan de forma conjunta actuaran juntos para prepararse, los efectos en la confianza global podrían ser sustanciales”, recalcó.

Algunos riesgos han crecido, como el de una nueva sacudida financiera, fruto de las depreciaciones en la tasa de cambio en algunas economías emergentes, o el daño que le genere a los exportadores de petróleo que la baja del precio persista. El FMI también advierte de las derivadas económicas que pueden traer consigo las crisis de refugiados, la alarma terrorista o las epidemias globales.

Algunos se estos frentes se retroalimentan con los problemas económicos. La directora gerente, Christine Lagarde, advirtió la semana de que un bajo crecimiento persistente puede tener efectos nocivos en la fabricación política y social de muchos países.

 

 

Fuente: el país